
La imagen de la «mujer rebelde» fue bastante frecuente en la literatura, las fiestas populares y el devenir cotidiano. ¿Cuál fue el papel de estas «Mad Megs» que se vestían o adoptaban comportamientos típicamente «masculinos»?
Melancólico y solitario. Ésa es la imagen que ha quedado del oso en nuestros días, cuando no lo recordamos también danzando resignado bajo la carpa de un circo o en nuestras modernas casas de fieras. En Europa incluso ya está «musealizado», quizá anticipándonos a su irreparable desaparición. Y es que, pese a figurar junto al lobo y el lince como animal protegido por diversas leyes de la Unión Europea, al oso pardo le quedan pocas décadas de vida, al menos en estado salvaje. Recién iniciado el otoño, queremos dedicar nuestra primera entrada del blog a la historia «reciente» del animal que mejor lo representa.