
En mayo de 1749 se personaba ante los sorprendidos magistrados de la Sala de Alcaldes Eugenia de la Fuente Santos, natural de Colmenar Viejo y residente en la Corte donde ejercía como sirvienta. Ofrecía al tribunal la exigua cantidad de 600 reales a cambio de la libertad de su prometido Felipe Joseph, esclavo del Duque de Parma.