
El proceso de domesticación del gato resulta muy complejo de rastrear. Habitualmente se ha situado en el antiguo Egipto (c. 2000-1900 a. C.), pero un hallazgo de 2001 hecho en Chipre por un equipo de arqueólogos franceses concluye que, mucho antes de ser los «dioses» del Nilo, en el Neolítico (7500 a. C.) estos felinos ya habrían gozado de una presencia habitual en la vida de los seres humanos, fuera en estado semisalvaje o incluso como mascotas.